3 horas cada 24.

Se escucha el ruido del motor de fondo. Vibra el marco hostil de la ventana donde se desploma nuestra cabeza cancina. Una lámina imperceptible de un material amorfo indefinido, un líquido posterior a la transpiración, nos inunda desde temprano. El mameluco nos hace sentir ridículos y desnudos, lo único que nos salva es que We are not the only one.
La fisiología rules. El mandato supremo determina un predominio parasimpático cuando nuestro organismo no descansa después de 36 horas de trabajo corrido.
En el colectivo, vibrando al son del empedrado, pronosticando una nuca dolorosa, la mayoría de las veces tenemos una erección pura.
Pura por que no tiene relación alguna con lo sexual, de hecho lo que me pongan en frente va ser un obstáculo hacia el decúbito sobre resortes forrados de forma individual.
Así se empieza a comprender, de a poco, lo que significa ser médico residente.