Con la foto hace lo que quieras.

Era optimista, alegre y con brillo pupilar. No se qué me pasó, pero seguro que si fuera una cirugía estética la culpable estaríamos hablando de mala praxis. Una carrera que tambalea, un lugar donde vivir que cambia seguido, proyectos que se desvanecen. En el fondo del cajón de frustraciones, desilusiones y fracasos tengo una sonrisa picara, un carnaval de Bahía y una brasa de felicidad que no se deja apagar. Pero están como Majul, en la cornisa, parece que no hay margen, que no tengo resto. Corro los cien metros pero no me pidas los ciento diez. Pero la decisión es Shine.
Mañana recibo la mesa. Pienso pintar, nadar, cocinar, sonreír, escuchar algunos discos nuevos. Por que no pintarme la cara color esperanza en un Golden Rocket y por que no en un Retriver. Consumir libros tibetanos e italianos, con un Illy con espuma.
Y ahora la palabra amor tiene otro sentido. Si Dios es amor, les aseguro que me la encuentro seguido, y crecemos todos los días.