Tabacaleras
En pies limpios y secos. Dicen que hay ropa, no la siento. La máquina acaba de silenciarse y dejó al llano fresco, brillante y en todo su verdor. Ese olor a nuevo pero no de auto, el polvo de agua caotica madrugando tranquilidad.
El contacto plantas/grass entabla el dialogo primitivo. El pasto no tiene limites. En la neblina, una corrida con rama en mano, lenta, solo en busqueda y sin sabor a escape.
Como un cigarrilo.
No, nada que ver.
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